CONMEMORACIÓN DÍA INTERNACIONAL DE LAS DEFENSORAS DE LOS DERECHOS HUMANOS

En Colombia, durante 2023, se verificaron 105 homicidios de personas defensoras, de los cuales 14 eran mujeres; además se registraron 763 casos de amenazas. Desde ONU Mujeres, con la iniciativa Pro-Defensoras, se trabaja desde 2019 con el apoyo de la Embajada de Noruega y en articulación con entidades responsables para salvaguardar los liderazgos de más de 6.000 defensoras. También se registraron 181 asesinatos de líderes sociales y defensores de derechos humanos. En 2022, la organización INDEPAZ reportó el asesinato de líderes sociales, defensores de D.D.H.H. y firmantes de acuerdos de paz. En el Valle del Cauca, específicamente, se registraron los casos de Juan Carlos Jaramillo, Wilson Antonio Patiño, Steven Loaiza y Andrés Felipe Herrera, quien fuera militante del Partido de los Comunes. Es importante decir que la afirmación “el gobierno no protege a las y los defensores de derechos humanos” es una preocupación generalizada en muchos países, donde se denuncia que los gobiernos no están tomando medidas suficientes para proteger a quienes defienden los derechos humanos. La situación en Colombia y América Latina continúa siendo extremadamente preocupante para las defensoras de derechos humanos, quienes no solo enfrentan amenazas, persecución y muerte por su labor, sino que también tienen que luchar contra un sistema que las discrimina por ser mujeres. Cabe resaltar que existe el Día Internacional de las Defensoras de Derechos Humanos: su lucha es un pilar sostenible.

Importante destacar que la situación de las defensoras de derechos humanos en Colombia sigue siendo crítica y estas cifras representan solo un aspecto de la violencia que enfrentan. Es triste ver cómo algunas defensoras de derechos humanos han tenido que salir desplazadas del país por miedo a ser asesinadas. La situación de una defensora de derechos humanos nacida en la ciudad de Buga, María del Mar Arana, es un ejemplo: una joven vinculada a organizaciones sociales de derechos humanos que tuvo que salir huyendo con su pequeña hija y su esposo porque un grupo armado le dio 24 horas para salir de la ciudad de Buga; de lo contrario sería asesinada. Todo por haber denunciado a un reclutador infantil que no solo reclutaba menores de edad, sino que se dedicaba a la extorsión y al microtráfico. Ella tuvo la valentía de denunciar a alias “Lizarazo”, presunto integrante del Frente Adán Izquierdo —disidencias de las FARC.

Estos hechos se inician el 22 de diciembre de 2022 cuando, siendo aproximadamente las 10:00 a. m., en la ciudad de Buga, Valle del Cauca, en el restaurante Guadalajara Food Market, localizado en la carrera 9 No. 6-sur-01, propiedad de María del Mar, le llegó una amenaza de muerte, donde ella, su esposo, su pequeña hija y tres compañeros más fueron declarados objetivo militar. El motivo de la amenaza, en principio, se pensó que era por el apoyo político que brindaban a Yolver Fabián Gutiérrez, quien para ese momento fuera candidato al Concejo Municipal de Buga; pero después entendieron que, además de eso, toda esta amenaza era por un proyecto propuesto por esta defensora de derechos humanos junto a sus amigos Alejandro Forero y Andrés Felipe Herrera, quien fuera militante de la primera línea en la ciudad de Buga y firmante de paz perteneciente al Partido de los Comunes. Con ellos decidieron impulsar propuestas de seguridad ciudadana, como la instalación de cámaras en barrios marginados y vulnerables. El proyecto Red Alerta Ciudadana, al que llamaron R.A.C., fue con el único fin de dar protección a la comunidad con el ánimo de reducir la violencia, el reclutamiento de menores y el microtráfico de drogas.

María del Mar Arana se destacó trabajando en defensa de los derechos humanos. Desde hace varios años estuvo vinculada a la organización CHRIO Mission Pacífico, ONG canadiense con presencia en Valle y en el departamento del Cauca. La misión CHRIO tiene como objeto defender y luchar por los derechos fundamentales como la vida, la dignidad, la libertad, la seguridad y la igualdad de género. También está dedicada a brindar apoyo a víctimas del conflicto armado en zonas vulnerables. La labor de María del Mar incluía atención en salud, acompañamiento psicológico, prevención al consumo de drogas psicoactivas, prevención de embarazos en niñas menores de edad, apoyo en temas deportivos; no solo en el departamento del Valle, su principal objetivo era prevenir el reclutamiento de menores y la explotación sexual de menores. Pero toda esta buena gestión se frustró cuando le llegó una camioneta al restaurante de su propiedad. En ese momento María del Mar no se encontraba trabajando; fue informada por el administrador del restaurante que ingresaron dos hombres armados, con aspecto intimidante, quienes preguntaron por ella o por su esposo, hablando en voz alta e intimidando a todos los que en ese momento se encontraban. Quisieron confirmar que no se encontraba y decidieron inspeccionar a la fuerza hasta confirmar que no estaba en el lugar; decidieron dejar un sobre cerrado. Esa situación generó pánico entre quienes se encontraban en el lugar; le dijeron al administrador del restaurante que le entregaran el sobre cerrado. Al llegar al restaurante, fue informada de lo sucedido y le entregaron el sobre, el cual venía dirigido directamente a su nombre, María del Mar Arana. Dentro del sobre, esta defensora encontró un comunicado anónimo, presuntamente firmado por alias “Lizarazo”, en el cual se le declaraba objetivo militar del Grupo Armado Ilegal Frente Adán Izquierdo, vinculado a las disidencias de las FARC, dándole 24 horas para salir de Buga.

Al enterarse de esa amenaza, inmediatamente llamó a sus compañeros Yolver, Andrés Felipe, Alejandro Forero; dos de ellos fueron asesinados meses después. Estos, al enterarse de la situación, les recomendaron salir de la ciudad de Buga y cuidarse mientras se investigaba y se calmaban las cosas. El mensaje completo fue el siguiente:

«LEAN BIEN. SOMOS el Frente Adán Izquierdo, malparidos. Sabemos del jueguito del RAC. Se creen muy vivos montando seguridad, andando de sapos como si este territorio fuera de ustedes. Sepan, h.p., que acá mandamos nosotros, ustedes. Yolver Fabián Gutiérrez, Andrés Felipe Herrera, Alejandro Forero, Carlos Andrés Vivas y María del Mar Arana: los daremos de baja. Tienen 24 horas para salir de la tierrita. Todos a partir de hoy son declarados objetivo militar, al igual que todo el que colabore con ustedes en la RAC. Acá nadie juega con la guerrilla. Al que jode, lo matamos. Y al que interfiera, le matamos hasta, misia, hijueputa. Esto no es un aviso, es una sentencia.” FIRMADO: por un alias “LIZARAZO”.

Por informaciones de la misma comunidad, en barrios vulnerables que ella y sus amigos visitaron con la CHRIO Mission Pacífico, no solo en Buga sino también en Tuluá, San Pedro y Bugalagrande, Lizarazo era el mismo personaje. Al parecer, entre otras de sus actividades delincuenciales estaban la de reclutador de menores de edad. Este sujeto se aprovecha de las familias más pobres para llevarse a sus hijos menores de edad, entre 9 y 16 años, engañados, y los recluta diciéndoles que les darán trabajo; les ofrecen celulares de alta gama, moto e incluso hasta armas. Van a los barrios más vulnerables y se aprovechan de estas familias, que por miedo no denuncian.

María del Mar sabía que ese sujeto era de altísima peligrosidad. Ella y su esposo venían siendo extorsionados hace varios meses por el mismo grupo al que pertenecía este sujeto; presentaron denuncias ante la personería de la ciudad y la policía, pero nunca avanzó la investigación. La denuncia de ella fue muy clara: “si algo malo llegara a pasarle a su familia, a Yolver Fabián Gutiérrez, a Andrés Felipe Herrera y a Alejandro Forero, sería responsabilidad de ese grupo armado y de quien firma la amenaza: alias Lizarazo”. Lo cierto es que sus dos compañeros fueron asesinados.

Lo más triste es que, el 16 de junio del presente año 2025, le llegó una nueva amenaza a su lugar de residencia, donde la amenazaron nuevamente; la persecución continúa y las amenazas también.